sábado, septiembre 25, 2004

two revolutions of the wheel from Java to Geneva run.

hace ya un buen rato, creo que un par de días antes del puente, aproveche que el destino y las fallas mecánicas del expreso me dejo deambulando por el espacio arquitectónico/cultural conocido como "Plaza Fiesta". observaciones generales:
  • las chavitas anoréxicas fashion de quince años son perturbadoras. se trepan en stilettos puntiagudos sin conciencia de lo malamente ochenteras que se ven y de las enormes probabilidades que tienen de matarse Happy-Tree-Friendescamente en las escaleras eléctricas. fun!
  • las señoras cuarentonas que se sienten chavitas anoréxicas fashion de quince años son perturbadoras por las razones antes mencionadas con el agravante añadido del terrible ridículo que hacen al tratar de imitar algo ridículo.
  • extraño los días en que las chavas de las tiendas te ignoraban con desprecio. aprovechando el tiempo y mis últimos treinta pesos, decidí ya reemplazar mi esmalte de uñas negro, barato y básicamente transparente, por uno que jalara mejor. (la marca que tenía antes era chida. tenía buen color y el tono negro se llamaba "duh". pero no he vuelto a encontrar esa marca. el punto es que necesitaba esmalte de uñas negro). entré a Linda y fui rápidamente asediada por una vendedora solícita y sobre-agresiva, cuyo "¿en qué puedo ayudarla?" sonaba más a amenaza que a otra cosa. le pregunté si tenía esmalte negro. me dijo que sí, me dirigió al anaquel apropiado, buscó el frasquito mientras me contaba las bondades del color, y mientras me arriaba hacia la caja, me dice: "también tenemos lipstick y sombra negra." yo visto: mis huaraches romanos. mi falda rosa. camiseta blanca. morral naranja. sin maquillar. respuestas automáticas de mi cerebro:
      1. "no es disfraz, wey."
      2. "wrong subculture, darling."
      3. "¿y base negra no?"

    pero sólo dije: "no, sólo el esmalte, gracias." pagué, y me fui. acabo de utilizarlo por primera vez. al menos no es transparente. ¿qué chingados tendré que hacer cuando deba reemplazar mi esmalte naranja?
~

Valdivia tira. tengo sus traducciones de poesía canadiense y tengo la tinta medio corrida de su firma en el libro. tengo su tarjeta en mi recién recuperada cartera, y voy a pedirle mi carta astral. su conferencia estuvo genial (aunque ahora el nombre Rimbaud me causa algo de preocupación: me quedan tres meses para revolucionar las letras). las dos comidas que tuvimos con él estuvieron chidas. el juego de turista y el boliche-que-no-existe también estuvieron con madre. qué persona tan más chida...

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