jueves, julio 28, 2005

i come apart at the seams...

kate: is it possible that, at twenty, randomly and with no other growth spurt, your breasts grow?
me: I don't think so... mine only grow when I gain weight.
me: but *shrug* I dunno... you're not about to complain, are you?
kate: no. (:
me: ah, breasts. such wonderful wonderful things.
kate: I am completely obsessed with mine.
kate: I'd marry them if I could.

me: I'd marry mine, too...
me: but it'd be bigamy.

(eventualmente tenía que regresar a mi costumbre de postear conversaciones extrañas en este blog. perverts welcome. total, ya los conozco.)

martes, julio 26, 2005

eau d'bedroom dancing

primero que nada:

truth!




aaah. Joe and Monkey es tan sabio...
~

el sábado pasado, Nora y yo fuimos al viejo nuevo Nirvana (el que está en un plaza fiesta y dónde son más laxos con identificaciones [ahora que sí la tengo...]). bailamos un chingo, casi -casi- desde que entramos. bailamos The Cure, bailamos The Hives, bailamos Pulp, bailamos Chemical Brothers, bailamos Morrisey (with close captioned wails), bailamos Suede, bailamos Blur, bailamos Lenny Kravitz, bailamos ABBA (me avergüenzo, pero no tanto).

me gusta mucho bailar. mucho. es un recordatorio que mi cerebro -self-involved, self-absorbed, plain self-ish, ese lugar lleno de dialogo interno auto-analizante y hostil a la intromisión- no es lo único que tengo. tengo cuerpo. y en este mundo es absolutamente hermoso tener cuerpo.

es por eso que me perturba tanto que se haya hecho risible -o viboreable- bailar en un pinche antro. que no mamen, ¿por qué otra razón iría alguien a un lugar donde ponen música demasiado fuerte como para platicar? ¿para emborracharte y hablar a gritos con la persona sentada a tu lado? ¿no podrían hacer eso en su casa?

(claro, también se puede bailar en pa privacidad de una casa. yo lo hago todo el tiempo).

se me hace triste que fresas con tacones imposibles se burlaran de como Nora (two beers on her) y yo (only a little sugar-high) bailábamos, sólo para bailar peor algunas horas y muchos muchos "drinks" después.

claro, esto no me sorprende tanto de una fresa out antreando a altas horas de la noche. pero no eran sólo ellas. a mi relativamente corta edad, la idea de que un hombre te saque a bailar se me hace tan mítica como la fundación de la gran Tenochtitlan, o el abanico de la muerte de Mythbusters. pero todavía recuerdo ocasiones en que un chavo cachondo y/o interesado bailaba cerca de, junto a, alrededor de o alguna otra locución preposicional de ti. los poco ágiles se acercaban y te preguntaban si te gustaba la música (aunque la respuesta fuera un obvio sí). ahora, en cambio, nada. y tampoco bailo TAN mal. caché a un par mirándome, pero no hicieron más que rosarme el hombro al pasar a mi lado. uno. el otro nada. o era voyeurista o en realidad estaba viendo a Morrisey abrirse la camisa en la pantalla above and beyond my head...

tampoco me gusta la idea de los protocolos de bailes cincuenteros, con las chavas "planchando falda" en las esquinas, y todo mundo muy formalmente emparejado. ¿pero cuándo fue que bailar dejó de ser parte del ritual de apareamiento?

extraño a Joserra ("bailen más parallá, que me espantan las viejas"), al nuevo viejo Nirvana (el del zócalo) y al ahora anecdótico Salto Hole. siiiigh...

lunes, julio 11, 2005

I'm so angry; anger makes me a modern girl...

voy a hacer algo que no suelo hacer: componer un post mayormente de una cita. lo voy a hacer a pesar de mis reservas de niña TOK de citar un sólo libro sin cotejarlo antes, porque francamente carezco de fuentes fidedignas sobre el tema. al fin, este libro está bien documentado, bien argumentado, y su último capítulo está titulado con una frase de una canción de los Dandy Warhols ("but I never thought you'd be a junkie because heroin is so passé-eeh-eeh, so passeeeeé!"). y esto es suficiente para mí.
la feminidad también debió figurar entre las enfermedades crónicas, al menos a los efectos de la práctica médica del siglo XIX. a las mujeres aquejadas de "dolencias femeninas" a menudo se les daba opio o morfina. [...] la injección hipodérmica [de opiáceos] llegó a ser un instrumento de control sobre el sexo femenino por parte de los hombres ["phallic, isn't it?"]; la adicción hipodérmica se convirtió en un rasgo notoriamente femenino.
Sir Thomas Clouston, superintendente médico en el Asilo Real de Edimbugro en 1873 y especialista en adicciones,
tenía ciertos prejuicios contra las mujeres. "las agotadoras demandas de la menstruación, la maternidad y la lactancia, la influencia nerviosa reflejo de la ovulación, la concepción y del alumbramiento, presentan riesgos que pueden ser fatales cuando existe la menor predisposición innata a la locura", advertía Clouston. la educación de las muchachas en los internados era "responsable de muchos trastornos nerviosos y mentales, así como de complicaciones relativas a la maternidad". si "toda la energía del cerebro" se gastaba "en atiborrarse de conocimientos", entonces "las jóvenes" no "tendrían casi nunca más de dos hijos, y éstos serían debiluchos, y tampoco podrían criarlos como es debido, y o bien morirían antes de la adultez o bien crecerían imbéciles". Clouston creía que "para la perpetuación de la raza era menester una incursión en terrenos donde se desconozcan las teorías educacionales y sea posible un nuevo rapto de las Sabinas". las angustias masculinas en relación con el cuerpo de la mujer resultaron cruciales en la decisión de emplear la morfina para someterlas y controlarlas.
Richard Davenport-Hines, La búsqueda del olvido. Historia de las drogas, 1500-2000.

cito esto por una serie de razones. primera, para agradecerle a No-Dios, a las leyes de la probabilidad demográfica, a quien sea responsable, a nadie si nadie lo es, que nací a finales del siglo veinte, cuando tres corrientes de feministas ya habían peleado las batallas más difíciles por mí. thank you, Betty Friedan. segunda. porque me hace pensar que las riot grrrls deberían haber sido straight edge, aún si no todas lo fueron. tercero, porque leyéndolo recordé a una chava en prepa que decía que quería ser ginecóloga para auto-recetarse morfina para los cólicos menstruales -fácil le hubiera sido obtenerla en el siglo XIX.

tampoco estoy de acuerdo con las asquerosamente afortunadas feministas a-dismenorreicas que dicen que los malestares menstruales son un constructo social para patologizar la feminidad. constructo o no-constructo, duele un chingo y tampoco tengo ánimos para servirle de Justine a mi útero-Sade (léase el post anterior). estoy segura de que si hubiera vivido en la Era Lucy, migrando desde África con una manada de homínidos, mi primera menstruación me hubiera hecho quedarme atrás y morirme de hambre. Issa dice que si nos hubieran tocado esas épocas, haríamos el chínguple de ejercicio que ahorita, y ya iríamos en el quinto/sexto chamaco, por lo que los cólicos no serían un verdadero problema. como de todos los hubieras, no puedo estar segura de ello. mi pedo con estos victorian needle-happy doctors, es que una cosa es que una mujer tome anticoagulantes, antiinflamatorios y analgésicos una vez al mes y otra es que un doctor decida hacerlas dependientes no sólo de un narcótico altamente adictivo sino de los hombres -médicos, farmacólogos, boticarios- que la prescriben, proveen e injectan (insisto: apaciguar mujeres al introducir en su cuerpo un objeto alargado que las llena de un líquido "mágico" y poderoso... estos tipos necesitaban un psicoanalista).

la auto-medicación será muchas cosas, y la mayoría malas. pero es "auto". the medically sanctoined creation of junkies, though, eso me asusta. nunca he necesitado nada más que mi pavor ante cualquier sustancia/situación que según alguien se sospeche que tal vez pueda ser que en algunos casos mate neuronas para alejarme de la mayoría de los químicos psicoactivos, pero si la necesitara, this would be it.

good for my soul.

juro que no morí.

~

sin ninguna razón de mayor peso que el ocio, he aquí mis cinco temas inapropiados de conversacion favoritos:

  • la conección senos-sabor cereza. así es. los senos son como el sabor a cereza. son de esas cosas que el hombre a dedicado su talento químico-físico-genético-de-producción-masiva a imitar. los resultados van desde lo absolutamente asqueroso hasta lo muy entretenido. pero estas versiones artificiales ni se parecen en nada a ni son tan buenas como las que hizo la sabia madre naturaleza. comparen una cereza fresca con un jolly rancher, si no (una de esas translúcidas cerezas en conserva que le ponen a los sundaes sería equivalente, masomenos, a un push-up bra...).

  • la salud y los parásitos potenciales de mis ratas. el sábado las llevé al veterinario. los puse en una caja para fácil transporte pero luego resultó que Gramema es claustrofóbico, y aunque normalmente es mucho más tranquilo que Lexema, se frikeó y pasó todo el camino tratando de escapar. la veterinaria fue bastante chida. me dijo que eran hermosos, ganándose instantáneamente un lugar en mi lista de gente favorita. los checó para ver si tenían pulgas (lo que he temido desde que su stalker, un gato callejero, logró meterse al cuarto un día) y parásitos internos, resultó que estaban perfectamente bien. los pesó y me vendió comida para rata, la cual parece gustarles. una vez en la casa, los bañé, esperando que el calor los pusiera en mejor humor de aguantar el agua. por supuesto no resultó, por lo cual tengo todas las manos arañadas. así es, mis ratas trataron de suicidarme.again. total es que Gramema no dio mayores problemas, pero Lexema, a quien le urgía un baño porque estaba ya casi amarillo, reaccionó muy mal, huyó del agua desesperadamente y hasta comenzó a llorar. una rata llorando es un sonido horriblemente angustiante, agudo y penetrante y te duele hasta en el alma. al enjuagarlo, me di cuenta de que tenía una como raspadura con forma de dientes de rata. Gramema lo había mordido y ahí estaba yo, echándole agua caliente y shampoo a su herida. pobrecito, con razón lloró. ambos estaban enojados conmigo cuando temriné de bañarlos, y no me hicieron caso mientras se secaban frente al abanico. en realidad, no logré que me hicieran ningún cariño hasta que les di dos dulces de cacahuate de los que a ellos...

  • lo fálico-freudiano de los motores de combustión interna. pistones entrando y saliendo a gran velocidad de cilindros lubricados, produciendo mucho ruido, shafts jutting in and out of places... vamos, no se necesita mucha insight para ver el subtexto de estas cosas...

  • la fonética. he aburrido a un buen de gente hablando sobre fonética. pero ¡no puedo evitarlo! es mi más notoria marca de Caín como geek: la fonética se me hace sexy. come on, chequen: un área de estudio que investiga la manipulación (¡pulación con la mano!) de la voz en habla; que investiga como hacen contacto la lengua, los dientes, los labios, y como se tocan o frotan para que el aire salga de la boca así o así; con vibración o sin... I'm sorry. eso es sexy.

  • la misoginia de los úteros. piénsenlo. la vagina, el clítoris y todos esos órganos hermosos con nombres horribles nos dan orgasmos: good stuff. los ovarios nos dan hermosas hormonas, which in turn put us in a good mood (or in the mood), y son responsables de las caderas y la cintura y los senos y el cabello brillante y casi todas las cosas chidas sobre ser mujer. el útero, en cambio, sólo nos da dolores -cólicos menstruales y contracciones durante la labor de parto- y un endometrio huidizo -dígase la menstruación- que nos roba un buen de hierro y proteína cada mes. concluyo que el útero odia a las mujeres, quiere matarnos y no desea otra cosa que habitar el cuerpo de un hombre. científicos del futuro, please make that happen.