lunes, diciembre 06, 2004

it's done.

e.e.cummings on my back.

versos uno y dos y trece y catorce. once días antes de cumplir veinte años.

Nora, Joserra y yo fuimos a joe's tattoos en el barrio antiguo a las doce y cacho. ellos dos con mochila y los tres esperando revisión de exámenes y trabajos, el asunto se sentía como irse de pinta. sólo nos faltaban los uniformes. el lugar era blanco e intentaba con todas sus ganas parecer limpio (lo era, no crean que no me fijé). Joe me acusó de tener el genio y la mala ortografía de e.e. cummings. lo desmentí. y así comenzó todo.

no vi la aguja sangrando de negro (eso lo vieron Nora y Joserra), pero la sentí. como muchas inyecciones de dentista muy rápidas y todas seguidas, y luego la sensación estúpidamente placentera de estar hecha de gelatina en los breves instantes mientras recargaba de tinta y estiraba la piel para volver a escribir. con el dolor, me temblaban las piernas en la silla, aprietaba los puños e inflaba mi pecho quieto con mi respiración contenida. with the reprieve, sentía como si mi espalda se derritiera, el aire salía de mi boca como aceite tibio, como terciopelo. sonreía como estúpida. todo se volvía más doloroso mientras más se acerca a las vertebras. la pomada esparcida como betún sobre pastel se sentía delicioso.

todo el día anduve nadando en un mar de endorfinas. todo se siente rico...

comimos en McDonalds (todavía más pinta-esco, el asunto), recordamos los obscenos diseños de diablas lésbicas en Joe's y discutimos los prejuicios populares del arte (que irónicamente excluyen al arte popular). fue un momento muy Kevin Smith.

regresé al tec, dónde me enteré de que saqué noventa y cinco en estadística, de que Judixit sabe que me iba a tatuar y de que las tortugas apestan. literalmente, no importa qué tan bonitas sean..

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