martes, julio 26, 2005

eau d'bedroom dancing

primero que nada:

truth!




aaah. Joe and Monkey es tan sabio...
~

el sábado pasado, Nora y yo fuimos al viejo nuevo Nirvana (el que está en un plaza fiesta y dónde son más laxos con identificaciones [ahora que sí la tengo...]). bailamos un chingo, casi -casi- desde que entramos. bailamos The Cure, bailamos The Hives, bailamos Pulp, bailamos Chemical Brothers, bailamos Morrisey (with close captioned wails), bailamos Suede, bailamos Blur, bailamos Lenny Kravitz, bailamos ABBA (me avergüenzo, pero no tanto).

me gusta mucho bailar. mucho. es un recordatorio que mi cerebro -self-involved, self-absorbed, plain self-ish, ese lugar lleno de dialogo interno auto-analizante y hostil a la intromisión- no es lo único que tengo. tengo cuerpo. y en este mundo es absolutamente hermoso tener cuerpo.

es por eso que me perturba tanto que se haya hecho risible -o viboreable- bailar en un pinche antro. que no mamen, ¿por qué otra razón iría alguien a un lugar donde ponen música demasiado fuerte como para platicar? ¿para emborracharte y hablar a gritos con la persona sentada a tu lado? ¿no podrían hacer eso en su casa?

(claro, también se puede bailar en pa privacidad de una casa. yo lo hago todo el tiempo).

se me hace triste que fresas con tacones imposibles se burlaran de como Nora (two beers on her) y yo (only a little sugar-high) bailábamos, sólo para bailar peor algunas horas y muchos muchos "drinks" después.

claro, esto no me sorprende tanto de una fresa out antreando a altas horas de la noche. pero no eran sólo ellas. a mi relativamente corta edad, la idea de que un hombre te saque a bailar se me hace tan mítica como la fundación de la gran Tenochtitlan, o el abanico de la muerte de Mythbusters. pero todavía recuerdo ocasiones en que un chavo cachondo y/o interesado bailaba cerca de, junto a, alrededor de o alguna otra locución preposicional de ti. los poco ágiles se acercaban y te preguntaban si te gustaba la música (aunque la respuesta fuera un obvio sí). ahora, en cambio, nada. y tampoco bailo TAN mal. caché a un par mirándome, pero no hicieron más que rosarme el hombro al pasar a mi lado. uno. el otro nada. o era voyeurista o en realidad estaba viendo a Morrisey abrirse la camisa en la pantalla above and beyond my head...

tampoco me gusta la idea de los protocolos de bailes cincuenteros, con las chavas "planchando falda" en las esquinas, y todo mundo muy formalmente emparejado. ¿pero cuándo fue que bailar dejó de ser parte del ritual de apareamiento?

extraño a Joserra ("bailen más parallá, que me espantan las viejas"), al nuevo viejo Nirvana (el del zócalo) y al ahora anecdótico Salto Hole. siiiigh...

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